Suele decirse que una imagen vale más que mil palabras. Pues bien, creo que podríamos considerar este dicho como la máxima por excelencia de la poesía visual. Bajo tal denominación subyace un tipo experimental de poesía que da especial relevancia a la imagen, al elemento plástico. Si una novela puede despertar miles de emociones en el lector, con la poesía visual se busca el mismo efecto, si bien en este caso se propone no un compendio de líneas en un folio o libro electrónico, sino una mera imagen en la que se juega con la palabra, con su significado y con las formas, líneas y trazos en general: una poesía como trasfondo a esa imagen. Mezcla de arte plástico, literatura, filosofía, psicología... ¿Qué más podemos pedir a una imagen?
En este sentido, me parece maravillosa la creación de Alejandro Fabuel Alcaniz, que comparto con vosotros:
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